Es cierto: la seguridad de la información y de los datos personales es una cuestión de suma importancia y, hoy en día, el mundo entero se pregunta si la biometría es más segura que la contraseña tradicional. 

Pues, las contraseñas han sido la principal barrera de protección contra los accesos no autorizados. Sin embargo, con el aumento de los ciberataques y la sofisticación de las técnicas de hackeo, las contraseñas convencionales están demostrando sus limitaciones. Según una investigación de NordPass, en 2022 la contraseña más utilizada fue la palabra contraseña (sí, has leído bien), haciendo de este sistema de seguridad algo muy desprotegido.

Aquí es donde entra en juego la biometría, una solución de seguridad que actualmente es ya ampliamente utilizada en una variedad de aplicaciones, desde la desbloqueo de smartphones hasta el acceso a áreas restringidas en instalaciones de alta seguridad.

El mercado de la biometría está creciendo a un ritmo sin precedentes, impulsado por la creciente necesidad de soluciones de seguridad más eficaces y confiables. Según el informe de Grand View Research, el mercado global de biometría se evaluó por 34.27 billones de dólares y, según las previsiones, tendrá un crecimiento del 20.4% de 2023 a 2030. Esto indica no sólo una creciente adopción de esta tecnología, sino también la creciente confianza en su eficacia y seguridad.

En este artículo, vamos a explorar las contraseñas biométricas, su nivel de seguridad, y las ventajas que ofrece frente a las contraseñas tradicionales.

Al final de este análisis, esperamos proporcionarte una visión más clara sobre cuál es la opción más fiable: ¿las contraseñas biométricas o las tradicionales? ¿Es realmente la biometría el futuro de la seguridad de la información?

¿Qué son las contraseñas biométricas?

Las contraseñas biométricas, también conocidas como autenticación biométrica, representan un conjunto de técnicas de seguridad que se basan en las características físicas y conductuales únicas de un individuo para verificar su identidad

El principio fundamental de la autenticación biométrica es que cada persona es única y, por lo tanto, cada individuo tiene rasgos físicos y de comportamiento irrepetibles que pueden usarse para confirmar su identidad de manera fiable.

Hay varios tipos de datos biométricos que pueden utilizarse para la autenticación. Entre los más comunes se incluyen:

  • Biométrica física: Se refiere a las características físicas innatas de un individuo. Algunos de los más utilizados en este campo son las huellas dactilares, la geometría de la mano, el reconocimiento facial, el reconocimiento del iris o de la retina, y el reconocimiento de la vena.
  • Biométrica conductual: Se basa en los patrones de comportamiento únicos de una persona. Esto puede incluir elementos como la dinámica de tecleo, el patrón de la marcha, la firma manuscrita, o incluso la forma en que una persona utiliza su dispositivo.

La autenticación se realiza comparando los datos biométricos recogidos en el momento con los datos previamente almacenados en una base de datos. Si los datos coinciden, el acceso se concede; de lo contrario, se niega.

¿Qué tan segura es la biometría?

Uno de los mayores atractivos de la biometría es su promesa de mayor seguridad. Pero, ¿hasta qué punto es realmente segura la autenticación biométrica? Para responder a esta pregunta, es importante entender primero cómo funciona y cuáles son sus puntos fuertes y débiles.

Uno de los principales puntos fuertes de la biometría es la singularidad de los rasgos biométricos. Dado que las características físicas y de comportamiento son únicas para cada individuo, es altamente improbable que dos personas compartan exactamente las mismas características. Esto hace que las contraseñas biométricas sean extremadamente difíciles de duplicar, lo que a su vez incrementa su nivel de seguridad.

Además, la autenticación biométrica elimina la necesidad de recordar contraseñas, una de las debilidades más notorias de las contraseñas alfanuméricas. No puedes olvidarte de tu rostro, tu huella dactilar o tu patrón de escritura, lo que minimiza el riesgo de bloqueo del acceso a tus propios sistemas.

Los datos biométricos, a diferencia de las contraseñas, son inalterables. Si alguien consigue copiar tu huella dactilar o rostro y engañar al sistema, no puedes simplemente cambiar tu huella dactilar o rostro como cambiarías una contraseña.

Ventajas de las contraseñas biométricas

Después de entender qué son las contraseñas biométricas y cómo funcionan, profundicemos en las ventajas que ofrecen sobre los métodos tradicionales de autenticación.

  • Facilidad de uso: Una de las ventajas más significativas de las contraseñas biométricas es su facilidad de uso. A diferencia de las contraseñas alfanuméricas, no requieren que el usuario recuerde largas secuencias de caracteres. En su lugar, basta con un escaneo rápido de un rostro, un ojo o una huella dactilar para conceder el acceso.
  • Rápida autenticación: La autenticación biométrica suele ser rápida, ya que el proceso de comparación de los datos capturados con los almacenados en la base de datos se realiza en cuestión de segundos.
  • Resistencia a la suplantación: Dado que las contraseñas biométricas se basan en características únicas de los individuos, son más resistentes a la suplantación. No se pueden robar, perder ni olvidar como las contraseñas tradicionales, lo que las hace más seguras contra los intentos de acceso no autorizado.
  • Mejora de la seguridad en el acceso físico: Las contraseñas biométricas no solo son útiles para la autenticación en línea. También son valiosas en la seguridad física, como el control de acceso a edificios o áreas restringidas.
  • Integración con otras formas de seguridad: Las contraseñas biométricas pueden integrarse con otras formas de autenticación para crear sistemas de seguridad de múltiples factores. Por ejemplo, puedes tener un sistema que requiera una contraseña alfanumérica y una huella dactilar para conceder el acceso, proporcionando un nivel de seguridad aún mayor.


¿Es más segura la biometría o la contraseña tradicional?

El debate entre biometría y contraseñas tradicionales es complejo. Ambas formas de autenticación tienen sus fortalezas y debilidades, y la elección entre una y otra dependerá en gran medida del contexto y las necesidades específicas de seguridad.

Dicho esto, hay que subrayar que la biometría tiene una ventaja evidente, inherente en cuanto a la facilidad de uso y la resistencia a la suplantación

Las contraseñas alfanuméricas, por otro lado, pueden ser fácilmente olvidadas, compartidas o robadas, lo que las hace menos seguras en ciertos aspectos. 


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